Es fácil pensar, que todos los recuerdos que una vez hace tiempo soñamos se pueden olvidar.Pero, queramos o no, forman parte de nuestra vida, como un roscón de reyes que te deja una figurita sorpresa al acabar la Navidad; nunca sabes cuando puede aparecer; cuando crees que está lejos, no se sabe cómo, parece que te busca, y te encuentra, estés donde estés . Y te habrá costado el fracaso intentos, esperanzas, quizás promesas que te has obligado a cumplir, horas y horas de esfuerzo, lágrimas y té por las tardes, mañanas desperdiciadas en las que el despertar es un tardío café que grita "¡ayer descontrolaste!, tienes que olvidar", y una triste Audrey Hepburn en Vacaciones en Roma te acompaña a la perfección aún en la televisión encendida. Por eso merece la pena preguntarse, ¿es necesario? quiero decir, quizás si tuvieras un papel en blanco y tuvieras que dibujar tu vida, omitirías cosas que prefieres no pensar, no hacer, no sentir, no repetir, no.. pero, considerándolo, ¿solucionaría algo?¿ cortar momentos de tu vida la hace más perfecta de lo que puedes llegar a hacerla o creerla? ¿y si estás, cómo decirlo, creando alguien lejano a ti sin saberlo, al trazar una línea en ese papel que no corresponde realmente a donde deberías llegar? Diseño de una vida, eso parece.